La pulpitis es una de esas enfermedades que probablemente casi todos tendremos alguna vez en la vida, pero pocos llegamos a nombrarla correctamente. Esa dolencia no es más que la inflamación de la pulpa, camada ubicada en el interior de diente. Por sus síntomas, muchos la llaman popularmente de “dolor de muelas”. Más allá del nombre, la pulpitis suele ser molesta y puede ser generada por otras enfermedades bucales.
La caries dental no sólo es perjudicial en su mismo desarrollo, sino que puede causar, entre otras molestias, la pulpitis y generar dolores agudos en la estructura dental. El dolor producido por la pulpitis se produce como consecuencia de la presión que se genera sobre el nervio del diente. Es decir, con la caries, la pulpa del diente se inflama, presionando el nervio y provocando el dolor.
Cuando nos encontramos frente a una situación de pulpitis grave, se puede llegar a dar el efecto del dolor referido, es decir, aunque el dolor provenga directamente de un diente, la sensación de dolor se manifiesta en otras partes del organismo, dificultando así el diagnóstico y la causa.
La pulpitis se clasifica en dos tipos, según su gravedad en la afectación sobre los dientes: la reversible y la irreversible. La segunda es derivada de la primera cuando no se actúa con diligencia y tiempo, y cómo bien define el término, es de tal magnitud que se convierte en incurable. En cambio, la pulpitis reversible puede tratarse y curarse mediante tratamiento clínico.
Pulpitis reversible: Es aquella que, como señala el propio nombre, puede ser detenida y revertida. La clave está en el momento de la detección.Descubierta en una fase precoz, se aplican tratamientos relativamente no invasivos y se consigue mantener la pieza dental natural. Con ello se ataca directamente la causa de la pulpitis y se evita sentir el dolor posterior.
Pulpitis irreversible: Si la pulpitis reversible no ha sido tratada a tiempo o de manera correcta, podría llegar a ser irreversible hasta el punto de que la única solución pasa por una endodoncia, eliminar la sensibilidad del nervio y con ello el dolor, o bien la extracción definitiva del diente.
Fuente: terra.cl/saludbucal