Algunas veces, ¿le resulta una experiencia dolorosa el probar un helado o tomar un sorbo de té caliente? ¿El cepillarse o utilizar hilo dental hace que, ocasionalmente, se estremezca? Si es así, puede que tenga un problema común llamado «dientes sensibles».
Las caries y los dientes fracturados pueden causar dientes sensibles. Pero si su dentista ha descartado estos problemas, entonces la causa podría ser esmalte dental desgastado, un diente quebrado o una raíz dental expuesta.
Una capa de esmalte, la substancia más fuerte en el cuerpo, protege las coronas de los dientes saludables. Una capa llamada cemento protege la raíz del diente debajo de la línea de la encía. Debajo del esmalte y del cemento dental se encuentra la dentina, una parte del diente que es menos densa que el esmalte o que el cemento.
La dentina contiene túbulos microscópicos que son pequeños tubos o canales huecos. Cuando la dentina pierde su revestimiento protector, los túbulos permiten que los alimentos calientes y fríos, ácidos o pegajosos estimulen los nervios y las células dentro del diente. Esto causa hipersensibilidad e incomodidad ocasional. Afortunadamente, la irritación no causa daño permanente a la pulpa. La dentina puede quedar expuesta cuando hay retracción de encías. El resultado puede ser hipersensibilidad cerca de la línea de la encía.
La higiene oral adecuada es la clave para prevenir la retracción de las encías y en causar dolor por el diente sensible. El cepillar sus dientes de forma incorrecta o incluso, el cepillarlos demasiado, puede resultar en problemas en las encías. Pregunte a su dentista si tiene alguna duda acerca de su rutina diaria de higiene oral.
Los dientes sensibles pueden ser tratados. Puede que su dentista le sugiera probar una crema dental desensibilizante, la cual contiene compuestos que ayudan a bloquear la transmisión de la sensación de la superficie dental al nervio. Normalmente, la crema dental desensibilizante requiere de varias aplicaciones antes de que se reduzca la sensiblidad.
Fuente: ADA