Lucir los dientes blancos y alineados es fundamental para la estética, pero también es muy importante para la salud bucal. La mala oclusión dental es uno de los mayores enemigos del correcto funcionamiento de la boca. ¿Pero sabes de qué se trata?
La oclusión dental defectuosa se refiere al alineamiento de los dientes y la forma como se ajustan los dientes superiores e inferiores cuando cerramos la boca. Una mordida adecuada es la que permite que los dientes del maxilar superior se encajen lo más perfectamente posible con los dientes del maxilar inferior.Esta posición permite masticar bien los alimentos, articular bien las palabras y le da a la cara un aspecto uniforme.
Hay muchos factores que pueden generar la mala oclusión, tales como la malformación hereditaria de la mandíbula o de los dientes, la falta de vitamina D o la falta de higiene bucal, que hasta podría provocar la pérdida de las piezas dentales.
Algunos hábitos de la niñez, como chupar el dedo, usar el biberón por mucho tiempo o presionar los dientes con la lengua, también son factores que causan la mala oclusión.
Cuando se presenta el desalineamiento dental, lo primero es buscar una evaluación profesional. En la actualidad, la ortodoncia estudia y corrige estas alteraciones mediante el empleo de aparatos específicos para cada caso.
En los casos en los que se presentan alteraciones óseas, se pueden recomendar intervenciones quirúrgicas.
Tratar estos problemas durante la niñez o la adolescencia genera resultados más rápidos, pues el hueso todavía es blando y los dientes se pueden mover más fácilmente, dependiendo de la gravedad del caso. Asimismo, el tratamiento facilita la higiene bucal y elimina la tensión sobre los dientes, la mandíbula y los músculos, lo cual disminuye el riesgo de ruptura.