Representa un punto de entrada al torrente sanguíneo de afecciones causadas por bacterias
Las bacterias causan gran parte de las enfermedades bucales al convertir los alimentos en ácidos orgánicos, los cuales generan una desmineralización en el diente y provocan la aparición de caries.
Este proceso inicia al dañar el esmalte y continúa haciéndolo en una segunda capa llamada dentina (tejido intermedio) hasta penetrar en la estructura interna (pulpa) del diente, con lo que el paciente ya presenta signos de dolor al grado de requerir una extracción.
Este problema de salud tiende a mirarse con una pigmentación negra que suele confundirse con residuos de comida o de medicamentos, pero el hecho de tener una mancha oscura habla de la posible existencia de caries, o como comúnmente se dice “que se piquen los dientes”.
Aunque este desarrollo infeccioso es igual para todos los individuos, pero los pacientes con diabetes corren mayor riesgo de adquirir algún tipo de infección porque “su sistema inmunológico está deprimido por tratar de compensar el descontrol glicémico”.
Las bacterias al entrar en contacto con la sangre se desplazan al corazón, donde el órgano trata de filtrar y eliminar las toxinas, pero al no conseguirlo desarrolla una infección, así como en el hígado y en las vías urinarias.
“En casos severos también pueden presentar una sepsis generalizada, que es una infección producida por la presencia de bacterias o de toxinas en la sangre y, que al conjuntarse, conllevan al paciente a la muerte”
A diferencia de los adultos, los niños llegan a presentar caries rampante tras dormir toda la noche con el biberón cargado de azúcar en la boca y, aunque suele ser un recurso eficaz para los padres, eso provoca un desequilibrio a nivel microbiano que es capaz de destruir parcial o totalmente los dientes delanteros.
Ante este panorama, es necesario que la población a establezca sólidos hábitos de limpieza dental, como aplicar una técnica de cepillado después de cada alimento, reducir la ingestión de alimentos altos en azúcares y cambiar de cepillo dental cada vez que sea necesario.
Igualmente recomendable es emplear hilo dental y enjuagues antibacteriales, además de mantener los niveles de glucosa sanguínea controlados. “Este punto resulta importante porque así prevalece una buena salud bucal”, añadió el especialista.
Es indispensable visitar al dentista cada seis meses para un examen completo, pero en caso de padecer diabetes podrá hacerse con mayor frecuencia, sobre todo para prevenir la enfermedad pariodontal.