Las personas que tienden a comer un cuarto o más de sus calorías diarias después de cenar al tomar un bocadillo de medianoche varias veces a la semana no solamente podría estar aumentando el tamaño de sus cinturas, sino que también afectando su salud dental, según investigadores daneses.
Un estudio de los registros de más de 2,200 adultos, con edades entre 30 y 60 años, quienes participaron en un estudio médico danés, fueron evaluados en dos momentos distintos, en un período de seis años (1987-88 y 1993-94). Solamente 8 por ciento de los participantes, 173 en total, fueron diagnosticados como comilones nocturnos—personas que consumían diariamente por lo menos un cuarto de sus calorías diarias en la cena y reportaban despertarse a medianoche para comer un bocadillo por lo menos dos veces por semana.
Al rastrear los registros de los participantes, los investigadores encontraron que los comilones nocturnos perdieron más dientes durante el período de seis años, incluso al tomar en cuenta las edades de los participantes, el estado diabético, estatus de fumadores, el índice de masa corporal y el consumo de azúcares y carbohidratos. Las personas que no comían en las noches, que no eran diabéticas y que no fumaban presentaron niveles significativamente más bajos de pérdida de dientes.
Los investigadores teorizaron que, ya que las personas producen menos saliva por la noche, los comilones nocturnos pueden no tener suficiente saliva para remover los residuos de alimentos de la boca. Ellos recomiendan que los dentistas y pacientes discutan los comportamientos de alimentación nocturnos y que los pacientes se cepillen cada noche después de comer para ayudar a preservar sus dientes.