El cambio que se produce en la vida de aquellos que tienen la oportunidad de someterse a una rehabilitación dental es impresionante. La alimentación cambia, pues el paciente empieza a comer cosas que antes no podía, mejora la autoestima, comienza a sonreír más. Los pacientes lo sienten “como volver a nacer”.
Mucha gente incluso vuelve a trabajar y deja de esconderse de los amigos y familiares.
Pese a la nueva sonrisa, se debe poner atención a la salud bucal: mantener una rutina de visitas frecuentes al dentista cada seis meses para prevenir enfermedades bucales.