En los últimos años, las dietas de las proteínas están conquistando a hombres y mujeres que desean adelgazar de manera rápida. Según sus seguidores, hace bajar de peso en poco tiempo sin sentir hambre. Conocidas por distintos nombre, como la dieta Atkins, la dieta South Beach, entre tantas otras, estas dietas están basadas en un gran consumo de carnes y otras proteínas, envés de los hidratos de carbono y de las grasas. ¿Pero sabías que el mal aliento es uno de sus efectos colaterales?
Aunque suelen mostrar resultados positivos, estas dietas tienen muchas contraindicaciones, y entre ellas figura la salud bucal, pues consumir proteínas en exceso provoca el mal aliento. Esto también le pasa a las personas que consumen suplementos proteicos sin seguir un entrenamiento físico adecuado bajo la supervisión de un nutricionista.
En estos casos, el mal aliento aparece porque ese tipo de alimentación provoca una acumulación de cetonas en la sangre, compuestos orgánicos que son producidos por el cuerpo cuando se pierde grasa o cuando no hay carbohidratos en la dieta. Las cetonas son eliminadas del organismo con la orina, la transpiración y la respiración, provocando un mal olor cuando hablamos.
Aunque algunos trucos puedan ayudar a aminorar el mal aliento, como beber bastante agua o cepillarse los dientes con más frecuencia, este tipo de problema solo desaparecerá si se cambia la alimentación. Si piensas empezar una dieta de las proteínas, se recomienda hablar antes con una nutricionista y con un dentista para no sufrir los efectos colaterales de los cambios exagerados en la alimentación.