Hay ocasiones en las que los problemas dentales son tan evidentes que nosotros mismos podemos detectar la necesidad o no de este tratamiento. En cualquier caso, lo habitual es que, durante nuestra visita anual al dentista, sea él quien realice el diagnóstico adecuado y quien nos indique si tenemos o no que visitar a un especialista en ortodoncia.
La ortodoncia es necesaria tanto para problemas de apiñamiento dentario como para problemas funcionales –problemas de mordida–. En el caso de los problemas de apiñamiento no sólo solucionaremos el problema estético que conlleva, sino que también mejorará la salud oral, y es que al alinear la arcada mejoramos la higiene interdental evitando futuras caries y la enfermedad periodontal –inflamación y pérdida de encía y hueso–.
En los casos de problemas funcionales es de vital importancia el uso de la ortodoncia ya que, si mejoramos la oclusión dentaria, evitaremos problemas en la articulación de la mandíbula situada por delante del oído, así como cefaleas y dolores cervicales, además de prevenir malformaciones en niños durante su crecimiento.
En definitiva, las principales razones por las que una persona necesita llevar ortodoncia son:
- Anomalías en el crecimiento de los maxilares y en la salida y colocación de los dientes por diferentes causas como, por ejemplo, la falta de espacio. De ellas se derivan problemas de oclusión y que los dientes aparezcan rotados o girados.
- Como consecuencia de malos hábitos tales como la retirada tardía del chupete o que los niños se chupen el dedo.
- Problemas de articulación de la mandíbula (ATM).
- Conseguir la correcta colocación de los dientes como parte de otros procedimientos odontológicos tales como la fijación de prótesis, la realización de tratamientos periodontales o el de deformidades craneofaciales.
Fuente: webconsultas.com