En la vida de una mujer, los mayores cambios fisiológicos y hormonales ocurren durante el embarazo. Ya se sabe que durante este periodo ocurre un aumento de peso, cambios en el paladar y alteraciones de humor. Pero, ¿sabia que a partir del tercer mes de embarazo aumenta la posibilidad de padecer enfermedades bucales?
Estudios recientes indican que hasta un 70% de las embarazadas padece alguna forma de enfermedad gingival, y por esto durante la gestación el cuidado con la higiene bucal debe ser una de las prioridades.
Una dieta inadecuada y una baja inmunidad pueden desencadenar afecciones diversas como aftas, inflamación y sangrado de las encías, molestias como ardor en la boca y sequedad, caries e incluso infecciones por hongos.
Acá te pasamos cinco claves para evitar estas molestias:
Cepillarse tres veces al día: la prevención es la mejor estrategia para evitar el desarrollo de enfermedades bucales. Así que lo recomendable durante la gestación es cepillarse los dientes tres veces al día, dedicando un mínimo de dos minutos para eliminar la placa que continuamente se forma sobre los dientes.
Usar un cepillo dental de cerdas suaves: el cepillado fuerte e intenso puede desgastar el esmalte de los dientes y dañar y retraer las encías, lo que puede provocar diversos problemas dentales, como enfermedad periodontal y caries. Así que lo recomendable es optar por un cepillo con cerdas suaves.
Visitar al odontólogo: lo ideal es eliminar cualquier problema bucal durante las primeras semanas de embarazo. Lo recomendable es asistir al dentista así que la mujer descubre que está embarazada. Además, se indica visitar al odontólogo a cada tres meses durante la gestación para detectar y prevenir cualquier alteración bucal.
Dieta saludable: una alimentación equilibrada es fundamental no sólo para evitar problemas de la boca y los dientes sino para la salud general de la madre y del hijo. Las vitaminas que la madre ingiere son importantes para la formación de los huesos y los dientes del bebé.
Evitar el azúcar: se debe evitar en la medida de lo posible el azúcar y los alimentos dulces, para reducir el riesgo de caries. El alto consumo de azúcar hace que la placa dental sea más agresiva y produzca ácidos que atacan el esmalte y provocan caries.
Fuente: terra.com/saludbucal